Escrito por Jim Vallette, traducido por Verónica Odriozola
Trozos y fragmentos de plástico enfardado proveniente de Irlanda del Norte y destinado a ser incinerados en la planta de PERC en Orrington, llenaron de basura las costas de Sears Island esta semana. Crédito de la foto: Ethan Andrews/The Free Press.
A finales de los 80s, cuando trabajaba como investigador para la campaña de Tóxicos de Greenpeace, pude notar una tendencia de exportación de residuos tóxicos y basura desde los Estados Unidos. Rastreábamos embarcaciones como el Mobro, la “barcaza de la basura” que salió de New York City para luego regresar y el Khian Sea, que emprendió una travesía tóxica: llevaba cenizas de incineración desde Filadelfia hacia Haití que descargó en parte sobre una playa antes de huir en la noche a través del Canal de Panamá y luego de regreso merodeó por la costa de EEUU y otros países y eventualmente, arrojó de manera ilegal en la noche su carga en el Océano Atlántico y el Océano Índico, delito que fue admitido por el capitán del barco.
Hasta cierto punto, funcionó: nuestra campaña contra el comercio de residuos logró una prohibición global de las exportaciones de basuta tóxica desde los países de la OCDE hacia los no miembros de esa organización a través del Convenio de Basilea. Pero Estados Unidos nunca se sumó como parte de este convenio.
Nuestra meta en aquel momento era evitar que los residuos siguieran el camino de menor resistencia hacia lugares donde la protección de los derechos humanos, laborales y ambientales fuera menor. Actualmente, el estado de Maine está del lado receptor del comercio internacional de residuos peligrosos.
Hace dos semanas, un barco llamado el Sider London arribó al pueblo costero de Searsport, también conocido como Wassumkeag o playa brillante por las tribus indígenas de Wabanaki, en la cabeza de la Bahía Penobscot.
Su bodega estaba llena con 20 millones de libras de residuos plásticos enfardados de Re-Gen Waste Ltd., una empresa procesadora de basura de Irlanda del Norte.
Algunos de los residuos cayeron sobre la Bahía Penobscot durante su transferencia a tierra firme, los cuales fueron descubiertos por residentes locales en las orillas de la Isla Sears. El resto de los residuos plásticos fue transportado hacia la empresa incineradora Penobscot Energy Recovery Company (PERC) que se encuentra más arriba en el estuario del río Penobscot, en el pueblo de Orrington.
En apenas tres semanas, desde el 1ro de enero de 2021, los cargamentos de basura plástica desde Europa a Maine como el que acaba de llegar, serán ilegales dentro del Convenio de Basilea.
Este análisis rápido preparado por Jim Puckett de la Basel Action Network pone en contexto los envíos de residuos a Maine. Jim es un colega de larga data y el principal experto mundial en la Convención de Basilea y el comercio de basura. Su análisis me lleva a sospechar que este envío masivo y sin precedentes hacia Searsport fue un último y desesperado vertido de basura antes de que pase a ser ilegal bajo la legislación del Reino Unido. No me sorprendería que todavía lleguen más cargamentos durante este mes.
Luego de que se aseguró la prohibición inicial de comercio global de basura, seguí investigando todo tipo de asuntos (y trabajé por un tiempo en el Bar Harbor Times). Actualmente continúo como investigador, ahora con una compañía de baja ganancia que tiene una misión educativa y benéfica y que formé dos años atrás con Caroline Pryor. Ella está desarrollando un proyecto para fabricar casas económicas y eficientes energéticamente en Millinocket, empleando materiales hechos en Maine.
Nuestra empresa, Material Research L3C, se encuentra en Southwest Harbor, Maine. Contamos con un equipo de 11 personas basadas en Estados Unidos, Argentina y en Europa. Trabajamos con organizaciones sin fines de lucro y con agencias de desarrollo comunitario de Maine y en el mundo entero. Algunos otros miembros de nuestro equipo como Connie Murtagh, que continúa especializándose en comercio, y Verónica Odriozola, nuestra coordinadora internacional de tóxicos, también trabajaron en la campaña de Greenpeace contra el comercio de desechos.
Para identificar qué se envía a dónde, Connie realiza búsquedas en Datamyne, una base de datos sobre comercio a la que estamos suscriptos. Ella encontró siete cargamentos de basura que entraron a Maine este año.
Cargamentos desde Re-Gen Waste Ltd. (Reino Unido) hacia la empresa
Penobscot Energy Recovery Co. (Orrington, Maine) en el 2020
Todos los cargamentos partieron vía Reykjavik, Islandia, excepto el del 28/11/2020 que partió de Warren Point, Reino Unido.
El origen de los residuos plásticos es Re-Gen Waste Ltd., con base en Irlanda del Norte. Según su sitio de internet, “Re-Gen Waste opera su fábrica de Newry 24 horas al día para procesar 1,5 millones de toneladas de residuos. Además del procesamiento de las mezclas de reciclables secos, la empresa procesa descartes de residuos para convertirlos en RDF”. RDF refiere a los Combustibles Derivados de Residuos, por su sigla en inglés. Pueden verse fotos de esta planta en esta página de Google.
El incinerador de Penobscot Energy Recovery Corp., PERC, que quemó la basura plástica de Europa tiene un permiso de emisiones al aire otorgado por el Departamento de Protección Ambiental de Maine, renovado por última vez en 2017. Esta autorización le permite la emisión de dioxinas y otras sustancias tóxicas incluidos el plomo y el mercurio. No tiene restricciones sobre el tipo de plásticos que pueden quemarse en Orrington, ni siquiera para el policloruro de vinilo (PVC) que al ser quemado produce dioxinas.
Las cenizas se llevan en camiones y se vierten en el relleno de Juniper Ridge en Old Town que se encuentra más arriba por el Penobscot. El relleno también recibe anualmente 200000 toneladas de basura de fuera del estado. Un video de Sunlight Media Collective documenta un hecho escalofriante sobre Juniper Ridge: Diez millones de galones de lixiviados sin tratamiento son bombeados hacia el Río Penobscot.
Y ahora, el río Penobscot y el estuario, en el corazón de la Nación Penobscot, son el lugar donde yace lo que queda de la basura europea quemada en Orrington, literalmente, el final de la tubería.
“Hay unos pocos contaminantes tóxicos que deben monitorear de manera frecuente”, dice Dan Kusnierz, Gerente del Programa de Recursos Acuáticos de la Nación Penobstoc. “El material que entra a los rellenos es una compleja mezcla que proviene de todas partes.”
Les diré que el tamaño del cargamento — 9849 toneladas métricas (más de 21,7 millones de libras) — es impactante para los activistas veteranos del comercio de residuos. No hemos visto fardos de plástico rellenando los huecos de los barcos destinados a Estados Unidos. Los residuos plásticos se envían en contenedores, no fardos, me dijo Jim Puckett, por razones tan obvias como los restos de plástico de Europa que quedaron en la Bahía de Penobscot.
Estados Unidos es el líder en la fabricación y exportación de resinas plásticas, y las comunidades adyacentes a esas plantas soportan el embate de la contaminación que producen en el aire, el agua y el suelo. La mayoría de estas empresas en EEUU son propiedad de compañías de otros países que producen para consumidores también de otros países. Europa, por ejemplo, es el principal destino de las resinas plásticas fabricadas en Texas y Louisiana.
La cadena de suministros de la industria petroquímica cierra el ciclo completo recorriendo el camino de menor resistencia de regreso a los Estados Unidos para su disposición final.
Las fotos del 8 de diciembre del 2020 fueron tomadas por Ethan Andrews/The Free Press y publicadas originalmente aquí: https://www.facebook.com/penobscotbay/posts/1463170233881402
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